Mateo estudió en la UIA -Universidad Abierta Interamericana-, en Capital Federal. A partir de febrero va a pertenecer a la Delegación Regional V. Posterior al Acto de Matriculación, conversamos sobre su elección profesional, su paso por la facultad y su actualidad como Kinesiólogo.
Compartimos con ustedes el testimonio de un nuevo profesional que ingresa al Colegio.
“Viví siempre en San Isidro y ahora me estoy mudando a Navarro porque me casé con mi mujer. Me matriculo ya que voy a trabajar en Navarro”, nos cuenta sobre su realidad laboral.
¿A qué te vas a dedicar profesionalmente?
Lo defino como un mix, un poquito trabajando a domicilio y otro haciendo Reeducación Postural Global, sobre esto último no hay nadie que lo haga donde voy a desempeñarme.
¿Porque estudiaste kinesiología?
Siempre me gustó. Tengo muchos amigos relacionados al deporte y me fui metiendo principalmente por lo vinculado a dicha disciplina. Actualmente no me dedico al deporte, pero es mi objetivo.
Sobre la etapa académica, ¿Cuál es la materia dónde terminaste de identificar y decir “esto es lo que quiero”?
Creo que las últimas materias de 4° y 5° año, donde hay más práctica y más contacto con el paciente.
En cuanto al valor agregado que otorga la Kinesiología a las personas, más allá de lo profesional.. ¿dónde lo detectas?
Es una carrera que te llena el corazón, que te llena de satisfacción, porque cuando uno ayuda a mejorar, el paciente se queda contento, queda satisfecho. Ni hablar cuando concluye un período de rehabilitación donde identificas los resultados. Considero que eso deja una marca.
¿Qué mensaje compartirías a las personas que están por arrancar la carrera?
La manera de darte cuenta si es "tu carrera" es el trato con el paciente, el vínculo con el paciente, relacionarte con el otro es fundamental. Si eso lo podes llevar a cabo, tenes un gran porcentaje del tratamiento realizado.
Gracias Mateo por tu relato. Éxitos en lo que viene.
